sábado, 7 de enero de 2017

¡Feliz Gasolinazo!



El año nuevo siempre nos traes nuevos retos, alegrías y cuestiones que debemos sortear, y este año no fue la excepción. Nos despertamos el 1° de enero con el precio de la gasolina un 20% más caro, media de la cual ya habíamos sido advertidos.

El gobierno explicó que esta medida era necesaria y que apoyaría a los más pobres, pero en lugar de que la población aceptara la medida, la aplaudiera y la comprendiera, pasó lo contrario, hubo marchas, saqueos, indignación popular. Por más explicaciones que el gobierno ha dado y por más ataques que han hecho los columnistas y diarios del gobierno, las cosan solo ha ido escalado poco a poco.

Si bien es cierto que hay razones económicas para eliminar el subsidio a la gasolina, la realidad nos confronta y nos hace ver que el gobierno sigue cometiendo estupidez tras estupidez. Repasemos a grandes rasgos lo que pasó.

El preámbulo.

La fecha liberación de los precios de la gasolina estaba fijada desde hace más de un año, cuando se argumentaba que en el país había las condiciones

No fue sino hasta 3 días antes del 2017, en un día de os inocentes, cuando el Secretario de Hacienda Meade dio a conocer los detalles del alza. Un cambio tan importante en la historia económica de México se hizo de una manera tan desorganizada, en una fecha cuando hay vacaciones y pensaban que habría poco ruido. Ese fue el primer gran error.

La liberación.

El 1° de enero amanecimos con bloqueos y protestas esporádicas que con el tiempo fueron creciendo y creciendo, hasta hace pocos días que se convirtieron en saqueos y actos vandálicos. No hay que confundir las legítimas protestas con los actos criminales de delincuentes profesionales al servicio de… ¿?

¿Y el presidente?

Debieron pasar 5 días de la crisis para que el presidente Enrique Peña Nieto saliera a dar unas palabras al pueblo enfurecido. Pero en vez de solidarizarse con la gente, el presidente nos regañó por ser inconscientes y no entender que el aumento fue por el bien de todos. Nos pidió apretarnos más el cinturón a los que ya de por sí estamos apretados, diciendo que el dinero que se ahorraría se usaría para los más pobres.

Pero, ¿cómo creerle al presidente y a la clase gobernante de que ese dinero se usará para los más necesitados cuando durante las últimas semanas no hemos visto más notas que los desfalcos de los Duarte (Veracruz y Chihuahua), Padrés (Sonora), Moreiras (Coahuila), Borges (Quintana Roo), los obscenos bonos de Diputados, consejeros del INE, magistrados y los subsidios de gasolina para todos ellos?

La crisis está lejos de terminar y más si se está contemplando un nuevo aumento en febrero (link), un golpe más al bolsillo de los mexicanos.


Siguen las explicaciones del Gobierno Federal, el PRI que respalda todo lo que haga Peña y lo medios del gobierno, acusándonos no ver las bondades del alza. Pero ¿cómo podemos creer que el dinero llegará ahora sí a los más necesitados cuando ellos siguen saqueando el país a manos llenas?