Una de las noticias con más reacciones de las últimas
semanas fue el choque de un auto BMW que viajaba a 200 km/hr, en Paseo de la
Reforma en la Ciudad de México. Este percance dejó un saldo de 4 muertos.
Al tratarse de un incidente sucedido en la Ciudad de México,
el escrutinio mediático y de las redes sociales es enorme. Hay reclamos al jefe
de gobierno por no hacer nada, acusaciones a los que se oponen a las fotomultas
y un número de sin sentidos brutales. El hecho es que este incidente va más
allá de cualquier marco de acción, un punto fuera de los límites. No existe en
el mundo ley o sistema que impida que un conductor ebrio maneje a 200 km/hora.
Contrario a lo que se comenta, esto no es un accidente, son
una serie de malas decisiones e irresponsabilidades de parte de los
involucrados. Manejar en estado de ebriedad, no tomar un taxi, un Uber,
permitir que alguien que bebió en exceso tome decisiones que impactan sobre la
vida de los demás. Hay muchas responsabilidades en la tragedia.
‘La sociedad’ pide un castigo ejemplar para el conductor que
provocó la tragedia y sí, debe haber un castigo. Pero son las autoridades las
que deben de actuar en este caso y hacer que se cumpla la ley, aunque el único
veredicto que ‘la sociedad’ (entiéndase redes sociales y medios) podría aceptar
serían muchos años de cárcel para el implicado, aún y cuando haya una sentencia
distinta y totalmente aplicada a derecho.
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