miércoles, 15 de diciembre de 2010

La sustitución del estado


México es un país donde la impunidad es cosa de todos los días. Por ejemplo, en nuestro país solo 4% de los delitos reciben castigo. Esto demuestra la enorme incapacidad del poder judicial para, ya no digamos hacer excelsamente su trabajo, sino sencillamente hacerlo.

Es por ello que poco a poco salen historias de ciudadanos comunes que, hartos de la impunidad que a diario se presenta, deciden tomar la ley por sus propias manos.

Como muestra de esto tenemos dos casos altamente representativos. El primero es Don Alejo, un empresario y dueño de un rancho en el estado de Tamaulipas. Defendió con su vida la propiedad que con tanto esfuerzo le costó construir. Debido a la ausencia de la autoridad, ya sea local, estatal o federal, este señor en vez de denunciar tomo la decisión de tomar la justicia en sus propias manos y defender lo que por esfuerzo era suyo. Este caso genero de inmediato una enorme aceptación por parte de la sociedad, haciéndolo un tema central de las redes sociales y los medios de información masiva. De inmediato se convirtió en héroe.


El segundo caso es igual de admirable. Se trata de la señora Isabel Miranda de Wallace, la cual lucho durante años para encontrar a los responsables del secuestro y asesinato de su hijo. Hace poco volvió a ser noticia porque después de 5 años de fungir como ministerio público, y realizar de manera personal prácticamente todas las investigaciones, dio con el paradero el último integrante de la banda que secuestro a su hijo.

Ambos casos demuestran como poco a poco el estado ha ido perdiendo fuerza para desempeñar acciones mínimas que garanticen paz y seguridad a sus ciudadanos. Con Don Alejo se demostró como el estado ha perdido el monopolio del uso legitimo de la fuerza para ser usada por bandas criminales y ahora también, por ciudadanos hartos de la violencia y la impunidad. Mientras el caso de la señora Wallace demuestra como la impunidad y la corrupción frenan la impartición de justicia en México.

Tanto Don Alejo como la señora Wallace respetaron hasta cierto punto el estado de derecho. El primero usando su derecho a la autodefensa y la segunda su derecho a investigar un caso. Pero existen hechos que rompen esa barrera y se empieza a violar la ley. Por ejemplo los casos de linchamiento, en donde comunidades enteras golpean y en algunos casos inclusive asesinan a delincuentes, todo por su hartazgo de la delincuencia.

Pero sin duda el ejemplo más extremo son los llamados “escuadrones de la muerte”, conformados por ciudadanos armados que buscan acabar con la delincuencia por propia mano. De ahí surgen cosas tan locas como el cartel de La Familia Michoacana ya que so pretexto de buscar la paz de la población, este grupo criminal ha asesinado, extorsionado, decapitado, por mencionar algunas de sus “linduras…

El estado mexicano ha ido perdiendo fuerza poco a poco y esta ha sido sustituida por la ilegalidad. Así que mientras el gobierno no nos pueda garantizar paz y tranquilidad, seguirán existiendo personas como Don Alejo, la señora Wallace o pero aun, mas escuadrones de la muerte.

 Bueno, eso es todo por mi parte. Me despido. Hasta mi próxima entrada. Adiós.

1 comentario:

Odalis dijo...

Cuando solo repetimos que hay violencia y aportamos mas y mas detalles sobre la violencia que existe, sin quererlo le estamos haciendo el trabajo al enemigo, de lo que se trata es de averiguar el porque de la violencia y como pararla. De nuevo te invito a mi blog