viernes, 17 de septiembre de 2010

México Bicentenario


Hola a todos.

En este momento todos estamos viviendo la cruda del bicentenario. Tal vez no una cruda física, pero si moral. Años de preparativos, de luces, decoraciones, declaraciones y sobre todo mucho dinero.

Pero finalmente, ¿qué fue lo que celebramos? Para muchos fue la celebración de 200 años de vida independiente, de la formación de nuestro país y para otros sencillamente no hubo nada que celebrar.

La festividad estuvo caracterizada por el típico grito de independencia del presidente en turno, además del magno desfile militar de la ciudad de México. Pero al mismo tiempo hubo desfiles conmemorativos los días principales, además de haber construcción de obras “bicentenarias”, programas especiales de TV, películas, discos. Una fiesta en todos los sentidos.

Pero desafortunadamente la fiesta fue agridulce para todos. Con mas de 2 mil millones de pesos despilfarrados a lo largo de los preparativos para la conmemoración, muchos mexicanos lo sintieron, y con mucha razón, como un insulto ante la grave crisis económica que vive el país, el desempleo, la miseria, los mas de 50 millones de pobres…

Seria justo decir que no hay nada que festejar si el presidente o algún otro político hubiera hecho una fiesta para conmemorar los logros del gobierno. Pero este no fue el caso. Es la conmemoración de los 200 años de uno de los momentos más importantes en la historia de este país. Pasaran otros 100 años para que podamos poder celebrar algo de esta magnitud.

Ahora, terminada toda la exaltación por el bicentenario, volveremos a la normalidad. Una normalidad que, por más anti bicentenario que seamos, nunca se fue, siempre estuvo ahí. Las personas volverán a su trabajo, los niños a la escuela, los narcos a asesinar y a traficar y el gobierno a robar. Si, México volverá a la normalidad.

La celebración del bicentenario, como buena catarsis, ayudo a las personas a sacar algunas de sus frustraciones de la vida diaria por medio de una magna celebración. Que si falto color, picardía, fue simple y muchos etc, pues ya dependerá del punto de vista de cada persona. Pero eso si, fue una celebración que muy pocos dejarían pasar, aun y si no comulgan con el gobierno en turno.

El bicentenario debe ser también un momento de franca reflexión en cuanto a donde estamos parados y hacia donde queremos ir. Quedar estatizados en la ilusión de bienestar o pasar realmente a un cambio que, aunque doloroso, seria lo mejor para el país. Pero no me refiero a otra revolución armada, me refiero a una revolución mental. Y será dolorosa por que deberemos acabar con nuestros dogmas como son la revolución, el petróleo o el absurdo pseudo nacionalismo mexicano que lo único que logra es retraso. Estamos aun a buen tiempo de enderezar el camino, solo es cuestión de querer tomar el poder de las decisiones en nuestras manos.

 Bueno, eso es todo por mi parte. Me despido. Hasta mi próxima entrada. Adiós.

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