jueves, 23 de septiembre de 2010

Y… ¡Acción!

Hola a todos.

Muchos hemos oído que la política no es más que un show. Y esta definición no pudo ser más acertada para el momento que actualmente vive una parte de la política mexicana: la seguridad publica federal.

Basta recordar como en 2005 se monto, literalmente, una escenificación de la captura de la banda de secuestradores conocidos como “Los Zodiacos”. En el momento de la “escenificación” se hizo pasar todo como un gran logro de la policía (lo que hasta cierto punto si fue) pero meses después y tras mucha presión mediática, la PGR se vio obligada a reconocer que la detención de la banda, y de su miembro mas controvertido, la francesa Florence Cassez, fue solo una recreación.

Esto lo traigo a colación por que se ha vuelto a poner en duda acciones de la policía federal en el combate al crimen organizado.

La primera gran acusación se dio días después de que el narcotraficante conocido como “La Barbie” fuera detenido. Se dijo en diversos medios de comunicación que el narcotraficante no fue detenido por labores de inteligencia, si no más bien fue por que el capo se entrego a unos patrulleros federales, al rebasarlos intencionalmente en una carretera…

Y el segundo gran “montaje” se dio hace un par de semanas cuando dos los periodistas de Televisa y Multimedios secuestrados por miembros del crimen organizado, fueron liberados, argumentando que en realidad no fue un rescate, si no que mas bien fueron liberados por los secuestradores, y que la PF se paro el cuello presentándolos como un gran logro de ellos.

La creación de montajes no es algo nuevo en este país. La desconfianza hacia las autoridades hace que cualquier acción del gobierno, incluso buena y totalmente apegada a derecho, quede siempre empañada por un velo de misterio y recelo. Sumado a eso, tenemos medios de comunicación que aman este tipo de sospechas y la explotan en su público que igualmente ama ese tipo de eventos.

La falta de resultados concretos ha llevado a la seguridad pública federal a hacer un show en todo. Tal vez no todos los operativos sean “montajes”, pero si son verdaderos espectáculos los que se hacen después. Presentar a los “narcos” capturados ante los medios de comunicación, con arsenales enteros frente a las cámaras, eso si es un espectáculo. Tomemos por ejemplo al antes mencionado narcotraficante La Barbie, cuya entrevista, transmitida a nivel nacional, resulto no tener validez jurídica ya que no se hizo ante la autoridad jurídica correspondiente…

Por más que se intente decir que es una muestra de la fuerza del estado, es más bien una muestra de la desesperación del estado. De querer hacernos pensar que se están haciendo las cosas bien cuando en realidad no todo va tan bien.

La lucha que se esta dando es necesaria y nadie puede argumentar en contra de ello. Pero mientras los grandes errores se intenten tapar con grandes espectáculos, no podremos ver la verdadera dimensión del problema que nos aqueja.

 Bueno, eso es todo por mi parte. Me despido. Hasta mi próxima entrada. Adiós.

viernes, 17 de septiembre de 2010

México Bicentenario


Hola a todos.

En este momento todos estamos viviendo la cruda del bicentenario. Tal vez no una cruda física, pero si moral. Años de preparativos, de luces, decoraciones, declaraciones y sobre todo mucho dinero.

Pero finalmente, ¿qué fue lo que celebramos? Para muchos fue la celebración de 200 años de vida independiente, de la formación de nuestro país y para otros sencillamente no hubo nada que celebrar.

La festividad estuvo caracterizada por el típico grito de independencia del presidente en turno, además del magno desfile militar de la ciudad de México. Pero al mismo tiempo hubo desfiles conmemorativos los días principales, además de haber construcción de obras “bicentenarias”, programas especiales de TV, películas, discos. Una fiesta en todos los sentidos.

Pero desafortunadamente la fiesta fue agridulce para todos. Con mas de 2 mil millones de pesos despilfarrados a lo largo de los preparativos para la conmemoración, muchos mexicanos lo sintieron, y con mucha razón, como un insulto ante la grave crisis económica que vive el país, el desempleo, la miseria, los mas de 50 millones de pobres…

Seria justo decir que no hay nada que festejar si el presidente o algún otro político hubiera hecho una fiesta para conmemorar los logros del gobierno. Pero este no fue el caso. Es la conmemoración de los 200 años de uno de los momentos más importantes en la historia de este país. Pasaran otros 100 años para que podamos poder celebrar algo de esta magnitud.

Ahora, terminada toda la exaltación por el bicentenario, volveremos a la normalidad. Una normalidad que, por más anti bicentenario que seamos, nunca se fue, siempre estuvo ahí. Las personas volverán a su trabajo, los niños a la escuela, los narcos a asesinar y a traficar y el gobierno a robar. Si, México volverá a la normalidad.

La celebración del bicentenario, como buena catarsis, ayudo a las personas a sacar algunas de sus frustraciones de la vida diaria por medio de una magna celebración. Que si falto color, picardía, fue simple y muchos etc, pues ya dependerá del punto de vista de cada persona. Pero eso si, fue una celebración que muy pocos dejarían pasar, aun y si no comulgan con el gobierno en turno.

El bicentenario debe ser también un momento de franca reflexión en cuanto a donde estamos parados y hacia donde queremos ir. Quedar estatizados en la ilusión de bienestar o pasar realmente a un cambio que, aunque doloroso, seria lo mejor para el país. Pero no me refiero a otra revolución armada, me refiero a una revolución mental. Y será dolorosa por que deberemos acabar con nuestros dogmas como son la revolución, el petróleo o el absurdo pseudo nacionalismo mexicano que lo único que logra es retraso. Estamos aun a buen tiempo de enderezar el camino, solo es cuestión de querer tomar el poder de las decisiones en nuestras manos.

 Bueno, eso es todo por mi parte. Me despido. Hasta mi próxima entrada. Adiós.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Los municipios y los narcos

Hola a todos.

Hace un par de semanas un estudio hecho por el senado de México revelo que 6 de cada 10 de los municipios en México están bajo el control del narcotráfico.

Mientras este estudio circulaba por los medios, se dio la detención de uno de los narcotraficantes mas buscados en México, Edgar Valdez Villareal, alias “La Barbie”. La noticia rápidamente se coló en la cima de la agenda noticiosa nacional dejando el estudio de lado. Fue como decir que, pese a lo malo que se ve todo, se va ganando la guerra.

Es realmente preocupante que este tipo de noticias de relevancia nacional y de seguridad publica no hayan alcanzado la trascendencia nacional que debería, mientras por ejemplo el informe de gobierno del Gelboy, que es de orden estrictamente local, si obtuvo cobertura nacional.

Que mas de la mitad de los municipios estén ya controlados por el crimen organizado nos demuestra la debilidad del estado respecto a problemas de seguridad nacional. Los recientes asesinatos de presidentes municipales en diferentes estados de la republica demuestran como la infiltración y el dominio del crimen organizado ha rebasado por completo al estado. El problema ya rebaso a los 3 niveles y 3 ordenes de gobierno. Ya no se trata de partidos o ideología, se trata de seguridad nacional.

Este estudio contrasta con los datos “optimistas” que el presidente Calderón presentó en su pasado informe de gobierno. La idea de ir ganando la guerra contra el narco se ve muy bonita cuando hay captura de grandes capos como “La Barbie” o cuando se decomisan toneladas de drogas, por que son cosas llamativas, que se ven. Pero las cosas que no se ven a simple vista, como la infiltración y la corrupción de funcionarios, son las que nos hacen preguntarnos si vamos por el camino correcto, o vamos a un callejón sin salida.

Finalmente la incapacidad de los servidores públicos o sencillamente su corrupción están llevando al país a un infierno. Mientras no haya un estado fuerte, con servidores públicos honestos, policías leales y un desarrollo social optimo, la guerra contra el narco no se ganara nunca.

Bueno, eso es todo por mi parte. Me despido. Hasta mi próxima entrada. Adiós.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Los diputados mexicanos: Entre el iPad y el IVA


Hola a todos.

En México la clase política despreciada por un sector importante de la sociedad mexicana. Esto debido a sus excesos, abusos y sobre todo por su inacción al momento de realizar su trabajo por el cual les pagamos mucho dinero. Pero sin duda no hay políticos con más mala fama que los diputados federales.

La mala fama de estos servidores públicos no es gratis. Los magros resultados en reformas para modernizar al país contrastan con sus enormes sueldos y prestaciones. En estas últimas semanazas han sido los diputados, específicamente los del PRI, los que han estado en el centro de la polémica.

Primero por que se autoregalaron un iPad. Los más de 200 diputados priistas le cargaron al erario el costo de más de 10 mil pesos por estos nuevos artilugios tecnológicos de Apple. La justificación para esto fue que esto ayudaría a los diputados a acercarse más con los gobernados, además de que es necesario, según ellos, adaptarse a las nuevas tecnologías y así evitar ser un “analfabeta” en cuestiones tecnológicas… Si tan solo dejaran de ser analfabetas en cuestiones legislativas, otra cosa seria.

Y después se envalentonaron lo suficiente para sacar a relucir una de sus propuestas que dice que propondrán en la próxima legislatura la reducción del IVA de un 16% a un 15% que según para apoyar a las familias que menos tienen, y así no dañarlos en su economía. Y con estas declaraciones heroicas, y su actitud de salvadores de los pobres, parece que a los diputados del PRI se les olvida que fueron ellos mismos los que hace solo un año aprobaron, junto con los diputados del PAN, el aumento del IVA del 15% al 16%. Seria interesante preguntarle a estos señores por que hace un año no se preocuparon por la economía de los mexicanos y ahora, curiosamente, si les preocupa.

El descrédito casi unánime y generalizado hacia la clase política no se debe a ninguna otra causa más que la falta de respeto que esos señores han tenido hacia los mexicanos, sus patrones. Sueldos obscenos, prestaciones insultantes, nula preocupación por las necesidades de los mexicanos son solo algunas de las razones del odio y el desprecio a los que gobiernan el país.

Ojala nuestra memoria no sea tan corta y pequeña como la de estos señores, y nos acordemos de esto en las próximas elecciones.

Bueno, eso es todo por mi parte. Me despido. Hasta mi próxima entrada. Adiós.