Hola a todos.
El Distrito Federal, una de las capitales más pobladas del mundo. Una ciudad cosmopolita que cada día nos brinda una nueva sorpresa en sus entramadas calles y claro, uno que otro susto. Es gobernada por un partido de izquierda, el cual se autoproclama moderno y progresista. Al menos así lo demuestra (parcialmente) en la práctica, como por ejemplo en el tema del aborto, aunque no en el petrolero. Pero esta vez vienen con un nuevo par de bombas: matrimonio homosexual, y adopción entre parejas del mismo sexo.
Hace un par de días se aprobó en la ALDF la polémica propuesta de permitir a las parejas del mismo sexo contraer matrimonio. Pero se le agregó un plus, la adopción por parte de esos nuevos matrimonios.
Como era de esperarse, las reacciones de parte de las fracciones más conservadoras de la sociedad mexicana no se hicieron esperar. Desde luego uno de los primeros en brincar fue el santo patrono de las causas pendejas, el señor Serrano Limón. El ya por todos conocido señor de las tangas y director de pro vida criticó duramente la propuesta, calificando la propuesta como "una aberración con trasfondo ideológico para crear un cambio cultural en el Distrito Federal".
Pero la oposición más grande que ha encontrado esta propuesta proviene ni más ni menos que del nido más grande de pederastas del mundo… perdón, de la iglesia católica. Con calificaciones tales como aberración e incluso estupidez, la iglesia católica ha emprendido una dura ofensiva mediática en contra de la propuesta. Pero no solo ha usado los medios en la ofensiva, ha recurrido a su brazo político, es decir al PAN. EL yunquismo ha demostrado que sigue vivo. El señor Abascal estaría orgulloso al ver como sus pupilos aprendieron de él.
Finalmente, este tipo de debates se deben de llevar por el camino de la tolerancia, la igualdad y el respeto. No sobre los dogmas y las ideas sin fundamento. Cada ser humano es libre der hacer con su cuerpo lo que desee, siempre y cuando esto no afecte a terceros. Y perece ser que los matrimonios homosexuales no han matado a nadie, ni han menguado sobre los matrimonios tradicionales en ningún lugar donde se han aprobado. Las ideas cambian, ¿por qué no habrían de hacerlo también los matrimonios?
Y con respecto a la adopción, hasta el momento no existe un estudio serio y real que compruebe la hipótesis de que los hijos de matrimonios homosexuales crean hijos homosexuales. Lo único que si está demostrado es que los hijos de parejas del mismo sexo sufren un alto grado de homofobia, producto de la ignorancia y la estupidez de las personas que los rodena.
El tema es polémico, y por lo pronto no se ve una salida rápida a este tema que no debería causar tanto escozor en los huevitos de algunos – y algunas –. Esperemos que las legislaciones estatales tomen el mismo camino, y que no bifurque el camino que ya comenzó el Distrito Federal, como sucedió por ejemplo con el tema del aborto.
Bueno, eso es todo por mi parte. Me despido. Hasta mi próxima entrada. Adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario