Hola a todos.
Gran conmoción en los grandes medios de (des)información masiva causó el fin de semana pasado la misteriosa desaparición del ex legislador panista Diego Fernández de Cevallos, mejor conocido como “El Jefe Diego”. Nada se sabía con certeza, corrían los rumores, los dichos y los tweets. Que si había sido secuestrado, levantado, que estaba muerto, que tenían una foto de el degollado en fin, mil y un rumores se esparcieron por el ciberespacio y los centros noticiosos. Uno de los mas controvertidos personajes de la vida política nacional había desaparecido, y era momento de acabar con el.
Como era de esperarse la noticia corrió con especial velocidad en las redes sociales. En pocas horas el tema se convirtió en el más popular de la red mexicana. Una de las constantes dentro de las redes sociales era el gran repudio, no al hecho en si del secuestros, si no a Fernández de Cevallos. Casi en su totalidad los mensajes eran de odio y desprecio al ex senador, con deseos de nunca verlo, hasta de muerte. En lo personal, no puedo yo desearle la muerte a nadie, sencillamente por que así pienso yo, pero al mismo tiempo no siento ni el menor pesar por el hecho. Siento coraje de que en mi país sigan sucediendo esto hechos, pero no me siento mal por que el señor haya sido secuestrado. Como dice el dicho, “Uno siembra lo que cosecha”.
Twitter también dio mucho de que hablar, ya que en un tweet del panista Manuel Espino, este afirmo que “El Jefe Diego” estaba muerto y que su cadáver se encontraba en un campo militar en Querétaro. La información fue rápidamente desmentida por las instancias oficiales, por lo que el panista tuvo que salir a decir que no dijo lo que quiso decir, si no que dijo lo que no dijo así no lo dijo. ¿Perfectamente claro no? Twitter es un arma peligrosa en manos de un pendejo.
Pero sin duda lo que más ha marcado este caso ha sido la negativa de Televisa a informar cualquier cosa con respecto a este caso. Lo que sorprende de verdad de esta actitud hipócrita de Televisa no es que no digan nada del caso, hay miles de temas que no son tocados nunca. Lo verdaderamente escandaloso fue que lo hicieran público.
Bajo la hipócrita y asquerosa bandera del “respeto a la vida de Diego Fernández de Cevallos” la televisora de San Ángel decidió autocensurarse y evitar dar cualquier tipo de información hasta que el caso llegue a su conclusión. No sorprende por supuesto este hecho ya que el ex candidato presidencial es una persona con muchísimo poder. En contraparte Televisa no se tentó ni un poquito el corazón al hablar, opinar y crucificar a todo quien se podía en el caso Paulette. En el cual no importó ni tantito el respeto a la vida de la pequeña mientras esta aun estaba como desaparecida.
Mas aun contrasta la decisión de Televisa cuando hace apenas unos días atrás, en su programa estrella de “opinión periodística”, que no es mas que una mamarrachada de pseudo periodistas y chaquetas mentales, se defendía la obligación de los medios de comunicación a informar todo con respecto a la violencia en el país. En la emisión uno de los más vehementes defensores de ese derecho fue el mismísimo Joaquín López-Doriga.
Pero mientras Televisa calla, los demás medios seguirán hablando del tema hasta sus últimas consecuencias. Es un nuevo circo mediático del cual Televisa no quiso ser parte. Al parecer hay altos ejecutivos amigos del ex senador, por lo que no permitirán que se hable nada de el. Y si el jefe decir tu no informar, yo no informar…
Hasta el momento nada se sabe del señor más que esta desaparecido… No se sabe si fue secuestrado, levantado, se perdió en el bosque o esta buscando otra ruta para su carretera del amor. Pero mientras tanto, seguirán lloviendo los chistes malos de Paulette aplicados al “Jefe Diego”. Que si esta debajo del asiento de su camioneta, debajo de su cama, etc. Al final pase lo que pase descubrimos que una tragedia no santifica a demonio alguno. Y en este caso en particular hay más empatía con los secuestradores que con Diego Fernández de Cevallos.
Bueno, eso es todo por mi parte. Me despido. Hasta mi próxima entrada. Adiós.
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