El día de hoy, 2 de octubre de 2009, se conmemora un aniversario mas de uno de los hechos más abominables de la historia reciente mexicana.
.jpg)
Como era (y es) costumbre de los gobiernos mexicanos, la represión fue su mejor arma. Esto para evitar que echaran a perder la gran oportunidad de México de darle la cara al mundo, con unas olimpiadas que se tiñeron de rojo. El entonces gobierno fascista del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz mandó a disolver de una vez por todas las huelgas que hace tiempo se habían conjurado en la UNAM y el IPN. Esto dio como resultado que se ordenará disparar contra la multitud de estudiantes, obreros, amas de casa y demás personas sumadas a la manifestación en Tlatelolco. No hubo distinción.
Los datos oficiales arrojan 20 muertos, pero debido a la forma en la que el gobierno manejaba la información, difícilmente alguien comparte esa idea. Algunos datos extra-oficiales arrojan 150, 300 muertos. O incluso nos dicen que pudieron haber sido 68 los muertos. Esa desinformación gubernamental ha arrojado historias como la de los cadáveres aventados al mar, o la de los cuerpos enterrados en el campo militar-1. Desafortunadamente parece que nunca sabremos a ciencia cierto lo que ocurrió aquel día de Octubre.
Los muertos de aquel día, son una versión diferente de nuestros niños héroes. Niños defensores del comunismo, que buscaban una revolución cubana, pero a la mexicana. El gobierno, temeroso de ver una escena similar a la entrada triunfal de Fidel Castro en la Haban, no dudo en actuar de la única manera en la que sabia, y podía actuar. Aquel día las armas nacionales se cubrieron de horror. Un horror que se niega a ser borrado por el cruel paso de la historia, y la indiferencia de los que gobiernan y vivimos en este país.
.jpg)
Hoy que se conmemora tal fecha, se hace olvidando el espíritu real del por que protestar. Los medios únicamente reportan lo que algunos pseudo estudiantes hacen, vandalismo, desmanes, destrucción, pintas. Manchando el recuerdo de las victimas del 68. Y nosotros hacemos como que la virgen nos habla. Hablar del pobre diablo de Juanito es más importante que hablar de este hecho que nos debe de llenar a torodo.
A más de 40 años solo nos queda el recuerdo de una dolorosa herida que no ha podido cicatrizar. Nos queda la impotencia de saber que los responsables de aquella masacre siguen libres. Solo tenemos el recuerdo de lo que podría volver a pasar. En este país hay personas que se empeñen en no recordar, pero habemos muchas mas personas, que nos empeñamos en no olvidar. No hemos aprendido de la historia, y por ellos, estamos condenados a repetirla.
Bueno, eso es todo por mi parte. Me despido. Hasta mi próxima entrada. Adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario