El pasado 2 de septiembre, en uno de los discursos mas emotivos, emocionantes, llenos de sentimientos, y patrioteros que se recuerden, el presidente Calderón hizo un llamado a la ciudadanía para la unidad. En el mismo discurso el presidente le prometió a los millones de mexicanos que ya era momento de cambiar la historia, y que el empezaría esos cambios proponiendo las grandes reformas estructurales que el país tanto necesita. Que era momento de dejar de lado lo posible, e ir de lleno por lo necesario. Desafortunadamente todo fue solo palabrería vacía (como casi todo discurso presidencial).
Días después de su emotivo discurso, el presidente envió a la cámara de diputados su paquete presupuestal, y ahí se le vino abajo el discursito. Entre otras cosas, proponía aumentar el ISR de 28% a 30% y un 2% generalizado al consumo. De estas propuestas, la única que realmente valía la pena era el 2%, debido a que así se podría fiscalizar a todos los consumidores del país. Pero en cambio, se aprobó un paquete fiscal a todas luces insuficiente para sacar adelante la economía mexicana a un largo plazo.
Mucho se dijo en las últimas semanas respecto a que se debía de hacer para sellar el boquete fiscal que tenemos. Pero haciendo caso omiso a prácticamente cualquier contrapropuesta, los diputados decidieron usar la opción más sencilla que tenían: aumentar los impuestos.
El IVA subió 1%, se grabo de nuevo lo que año tras año se grava, como la cerveza y sobre todo el tabaco, el cual costara 80 centavos más de ahora en adelante. Además de que se terminó aprobando el aumento del ISR un 2%. El resultado final no fue satisfactorio. Mientras por un lado teníamos un posible 2% de impuesto generalizado dirigido casi en su totalidad a la pobreza, ahora tendremos un 1% más de IVA, que desconoceremos su paradero. Prácticamente todo analista aprobaba el 2%, desafortunadamente nuestros políticos no son esos especialistas.
El desarrollo del país se ve comprometido. Mientras en Finlandia el acceso a Internet de banda ancha es ya un derecho universal, en México se grabará con un impuesto, lo que comprometerá su difusión sobre todo en las clases de menores ingresos. Además de que pondrá en riesgo su entrada en las escuelas publicas de todo el país.
El aumento del ISR pone a México en una situación muy peligrosa. Este impuesto hace a nuestro país menos atractivo para la inversión extranjera, lo que se traduciría en menor generación de empleos y en un menor crecimiento, amen de la calificación que las grandes calificadoras le den a México Ya que de ser muy negativa, muchos proyectos, inversiones y préstamos se verían seriamente comprometidos.
Los grandes ganadores de este paquete fiscal no son los mexicanos como nos quieren hacer creer, son los estados. No recaudan, pero si gastan… y mucho. Tendrán más dinero los estados (sobre todo priistas) para las despensas, las laminas, en fin, para la demagogia.
No nos sorprende que los diputados no hayan hecho siquiera el más mínimo intento de bajarle los recursos a los partidos, el IFE, mucho menos a ellos mismos. Pero eso si, según ellos estos impuestos son para el bien del país. Y obviamente, nos piden (¡MAS!) sacrificio. Sencillamente repugnante.
Finalmente hay un tema que es urgente tratar, y es generar una reforma fiscal integral. No se hace nada para grabar a los ambulantes, que representan 1/3 de
De nuevo Calderón nos mintió, y los demás actores políticos nos engañaron. Nos dirán que se realizo lo posible, mas no lo necesario. Pero aquí yo preguntaría ¿acaso no es trabajo de un buen político hacer posible lo necesario?
Bueno, eso es todo por mi parte. Me despido. Hasta mi próxima entrada. Adiós.
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